Castillo de Santa Catalina (Arquitectura Jiennense)

Vista exterior castillo de Santa Catalina Jaén

Vista exterior castillo de Santa Catalina Jaén

Se trata de una fortaleza medieval cristiana que constituye un conjunto defensivo extendido de este a oeste y formado, en su origen, por dos espacios amurallados almorávides, el Alcázar viejo y el de Abrehuí, aunque de éstos apenas se conservan restos, al edificarse en gran parte de ellos el Parador Nacional de Turismo. Esta ciudadela, como la denomina el deán Martínez de Mazas en el siglo XVIII, podría albergar una guarnición de hasta 2000 soldados. A ella se accede únicamente por el lado norte, a través de una remodelada puerta bajo la que transcurre la carretera. Desde este punto comienza, por un lado, el descenso de la antigua muralla musulmana hacia la ciudad, y por otro, el muro barbacana que rodea gran parte del recinto.

Vista exterior Castillo de Santa Catalina _ Jaén

Vista exterior Castillo de Santa Catalina _ Jaén

La historia del castillo de Santa Catalina propiamente dicho comienza con la toma de Jaén por Fernando III el Santo en 1246. El monarca castellano decide construir una nueva fortaleza diferenciada de las alcazabas musulmanas y adpatada a las necesidades  del nuevo poder instituido.  El proyecto se llevó a cabo a partir del reinado de su hijo, Alfonso X el Sabio, sobre el extremo oriental del cerro, ocupando parte del Alcázar Viejo. Desde 1458, el castillo fue objeto de otras intervenciones por parte del condestable Miguel Lucas de Iranzo. Al finalizar la Reconquista pierde importancia militar y comienza un lento declive, tan sólo interrumpido por su ocupación por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia entre 1808 y 1812. Después de ser adquirido por diversos propietarios particulares, el conjunto pasó a manos del Ayuntamiento en 1948, llevándose a cabo algunas restauraciones que han terminado de configurar el edificio actual, sobretodo las efectuadas a raíz de la construcción del parador en 1965. En la actualidad sus dependencias albergan un centro de interpretación turística del castillo.

Vista Interior del Castillo de Santa Catalina _ Jaén

Vista Interior del Castillo de Santa Catalina _ Jaén

El edificio tiene forma romboidal y una longitud de 170m; en su construcción es predominante el empleo del sillar o del mampuesto. Se accede por una puerta ojival, disponiéndose a la izquierda unas caballerizas restauradas y un sistema de rampas por las que se llega al patio de armas, donde diversas campañas arqueológicas han hecho aflorar restos de construcciones, como aljibes, molinos, habitaciones y mazmorras. El perímetro amurallado posee un adarve corrido que comunica las diversas torres de la fortaleza, con almenas en algunos tramos. En el flanco oeste destaca la torre del homenaje, con 40 m de altura y 2 m de espesor de muro en su base, constituyendo una importante manifestación del gótico castrense, sobre todo por su sistema de bóvedas en ladrillo: en planta baja, cuatro de pañuelo que descansan en un pilar central; la de la planta primera es de crucería y la superior es esquifada y sostenida por cuatro trompas. La iluminación se realiza con ventanas abocinadas y la torre se corona con tres matacanes por lado.

Vista torre del Homenaje del Castillo de Santa Catalina_Jaén

Vista torre del Homenaje del Castillo de Santa Catalina_Jaén

Al norte se encuentra la torre de las Damas, cuya sala interior se cubre con una bóveda de cañón apuntado y se ilumina con tres ajimeces. Desde aquí y en dirección este dos torres albarranas se aadelantan allienzo de muralla en forma de arco ojival. La primera alberga la capilla de Santa Catalina, restaurada en 1929 por el arquitecto Luis Berges Martínez, redundando en su goticismo estructural. Siguiendo el recorrido desembocamos en la torre de la Vela, una singular construcción de forma pentagonal que se constituye en vértice del conjunto. Del largo tramo sur de la fortaleza cabe destacar la ausencia de torres, innecesarias por lo accidentado de la orografía y el trazado quebrado de su recorrido, que se acentúa en la torre de la Troneras, en realizad de un altísimo despeñadero que se abre en su base por medio de un amplio arco ojival. A escasa distancia de la fortaleza se encuentra la cruz del castillo, ubicada en el punto más elevado y oriental del cerro de Santa Catalina. Su origen está ligado a la conquista cristiana de la ciudad, erigiéndose como una estructura de madera renovada periódicamente hasta su sustitución en 1951 por otra de hormigón armado.

Cara A _ Información

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Cara B _ Información

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Texto: Guía de arquitectura _ JAÉN

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